Capítulo 2: Quieres conocer a Inés? Vive con ella un mes!
Por fin el día tan especial ha llegado, el día de
nuestra boda o el día en que decidimos unir nuestras vidas a la persona de la
que nos enamoramos. Cuando decidimos tener una boda y aparte una fiesta, el
ajetreo de los preparativos no nos deja tiempo casi para nada. La novia dandole
los últimos detalles a su vestido, a su peinado y su maquillaje; los hombres
igual, bueno excepto lo del vestido y el *maquillaje; vueltas y vueltas para
que todo lo que necesitaremos en la fiesta esté en órden y no falte nada; todo
el mundo está preparandose para la gran ocasión.
*es
el 11 de Julio de 1993, día en que unimos nuestras vidas mi esposa y yo, mi
madre contrató a una maquillista para que pues obviamente se hiciera cargo de
su arreglo, cuando la señora terminó su trabajo con mi mamá, voltió, me miró y
me sugirió que le permitiera hacer algo para que yo luciera mejor; como tenía
tiempo se lo permití, pasaba el tiempo y yo no sabía que era aquello en lo que
la mujer tardaba tanto, hasta que por fin terminó; creo que en mi vida no he
tenido un momento tan embarazoso como aquel en el que entró mi hermano y se
moría de risa al verme, cuando me ví al espejo descubrí que la mujer me uso
para practicar en mi toda su cultura de belleza, tenía más maquillaje en mi
cara que un payaso…
Nuestros sentidos están en su máxima
expresión, y la adrenalina y las emociones controlan nuestro cuerpo. Durante la ceremonia nos aturden los flashes
de las camaras; dos o tres personas nos dicen incluso como reír y como posar, y
es tanta la confusión por todo lo que sucede a nuestro alrededor, que de la
ceremonia poco recordamos; llegamos a nuestra fiesta! Saludamos a nuestros
invitados (y a uno que otro que nunca en nuestras vidas habíamos visto), pero
pues no importa, es nuestro día de celebrar…
La
fiesta es un recuerdo bonito, lo
único que lamento es que con todo lo que sucede a tu alrededor, es poco el
tiempo que realmente puedes estar con tu nueva esposa, esposo…
Terminó la fiesta! Vamonos a la Luna
de miel! Puerto Vallarta, Cancún, Hawaii; para algunos más afortunados es
París, Venecia, Las Bahamas…Una semana? Dos semanas? No importa la duración, lo
que nos importa es que son los primeros días en los que por 24 horas
consecutivas vivimos y convivimos con nuestra pareja. Conforme pasan los días
de nuestro viaje, nos convencemos de que no existe pareja más enamorada que
nosotros y de que hemos tomado la mejor decisión…PERO…llega el día en que
termina nuestro viaje de ensueño y debemos volver a la realidad. Ha llegado el
momento de iniciar formalmente toda una vida, una nueva vida para la que no
tenemos un manual de usuario y de la que somos 100% responsables, no más mamá o
papá que nos saquen del apuro; comienza realmente la convivencia entre las
parejas tal como son.
era
yo un estudiante de medicina, cursaba el 5o semestre en una Universidad
privada, recuerdo que antes de casarnos, mi madre y el padre de mi esposa me
trataban de hacer ver lo difícil que sería iniciar nuestro matrimonio y
continuar con nuestras actividades cotidianas como la escuela, obviamente no
los escuchamos…obviamente tenían toda la razón…
Las mujeres descubren que aquel
galán que olía siempre tan bien, es en realidad enemigo de la regadera,
descubren que es un fodongo y desorganizado, que incluso alguna o algunas de
las cosas que las conquistaron eran solo una ilusión. Creo que las mujeres son
más sinceras durante el noviazgo, y a excepción en algunas ocasiones de sus
pocas habilidades para cocinar, es poco lo que como hombres descubrimos en
ellas después de casarnos y que nos desagrada…
Llega entonces el momento en el que
como parejas descubrimos que el construir un hogar requerirá mucho más que
nuestro amor, y es en este momento cuando más necesaria es la comunicación; la
mezcla entre nuestra comunicación y nuestro amor será crucial en estos momentos
para establecer las bases de nuestro matrimonio. Como seres humanos estamos
colmados de errores, pero es esta comunicación la que nos permitirá corregirlos…
Dinamica de Pareja.
1. - Recuerda con tu pareja detalles de ese día tan
especial.
2. –
Recuerda detalles de tu primer viaje juntos.
Ejercicio personal.
1. – Qué
detalles buenos que tenía antes han ido desapareciendo?
2. - Cómo puedo reavivar esos detalles?
3. – Cómo
me sentí después de dedicar este tiempo a mi pareja y nuestra relación.
Opcional.
(Quienes asi lo deseen pueden terminar la sesión con esta oración) Padre celestial, tú indicaste que los matrimonios
fueran testigos vivos de tu amor divino. Ayudanos en esta gran tarea con una
diaria bendición, de modo que, a pesar de las crisis familiares de estos días,
el amor de cada uno para el otro pueda profundizarse, ser más firme y verdadero
y ser una alegría para otros, para vivirla y compartirla. Amen.
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